Por primera vez desde el lanzamiento de la 1ª Serie Iberoamericana en 1992, Argentina fue el anfitrión en la presentación mundial de una da las series de monedas conmemorativas más pluricultures del mundo.
En esta oportunidad fue la X Serie Iberoamericana, cuyo tema convocante es "Raíces Culturales" y en la cual participan 9 países.
La ceremonia se realizó el pasado 14 de mayo en el Museo Numismático Dr. José Evaristo Uruburu (h) del Bacno Central de la República Argentina y contó con las presencias del Presidente del B.C.R.A., Lic.
Alejandro Vanoli y el Presidente y Director General de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre - Real Casa de la Moneda de España, Don Jaime Sánchez Revenga entre otras autoridades de los otros países
intervinientes.
También fueron invitados directivos del Museo Banco Provincia, de la Federación de Entidades Numismáticas y Medallísticas Argentinas, del Centro Numismático de Santa Fe y del Centro Numismático Buenos Aires.
Las monedas que componen la serie son de plata de 925 milésimas de fino, con un módulo de 33 mm y un peso de 13,5 gramos, acuñadas en calidad proof con una tirada máxima de 10.000 unidades de cada modelo.
La serie completa consta de las monedas de Argentina, Cuba, Ecuador, España, Guatemala, Nicaragua, Paraguay, Perú y Portugal, más una medalla de iguales características que fue acuñada por la FNMT de España.
El lema de la X Serie, “Raíces Culturales”, fue pensado para rendir homenaje a los pueblos originarios.
El motivo principal de la moneda argentina en esta X Serie Iberoamericana es la “Wiphala”, bandera que representa a nuestras comunidades indígenas en la defensa y reconocimiento de sus derechos ancestrales.
Un poco de historia de la bandera Wiphala y sus colores
El origen de la wiphala, despierta fuertes polémicas, hay quienes lo atribuyen como símbolo de los pueblos más antiguos como la cultura Tiwuanaku, otros indican un origen cercano. Los primeros sostienen como argumentos hallazgos arqueológicos de tejidos, petroglifos, cerámicas, con motivos ajedrezados. También dibujos y relatos de antiguos cronistas.
Las sospechas del origen moderno de la wiphala se acrecientan sobre todo porque se busca un parangón con la tradición del viejo mundo de ondear banderas a modo de emblema. Por otro lado, la gran explosión de la wiphala en la iconografía aymara acontece con las movilizaciones del sindicalismo campesino en la década de 1970 en Bolivia.
Fue en 1987 que gracias a la iniciativa de un grupo de entusiastas investigadores y colaboradores adscritos del Instituto Nacional de Arqueología boliviana (INAR), rescatando información existente sobre símbolos tradicionales en la cultura andina, diseñaron un símbolo con 7 columnas y 7 filas (49 cuadros), conformando un emblema cuadrado, donde el color blanco ocupa la diagonal y los demás cuadros constituyeran una combinación de verde, azul, violeta, rojo, naranja y amarillo.
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